lunes, 13 de junio de 2016

Mensaje de Lourdes Pérez durante la Misa de envío misionero III.

“Dios es grande”: va unido a Dios para mí a otra expresión que digo muchas veces, me sale decir en la vida: “Dios escribe derecho con renglones torcidos”. 
Cuando vivo esto:
Cuando parece que todo está torcido y… se endereza del modo menos esperado.
En lo pequeño, en la vida cotidiana, donde parece que no pasa nada, y se manifiesta Dios, lo comentamos muchas veces.
En tener menos cosas, arreglarse con lo imprescindible, compartir… y ser felices. Esto nos lleva a vivir que Dios es el único Absoluto.
En lo comunitario: parroquia, IT, familias, está todo complicado y si nos reunimos en su nombre las cosas se ven de otro modo.
No es que Él sea grande y yo chica lo que se reafirma, si no que como él es grande ayuda a mi pequeñez-, me acompaña, está conmigo, aún en decisiones que parecen “locas”, allí me está esperando.
Dios siempre fue arreglándose en mi vida con cosa que parecían ilógicas para estar él.
El me sacó de situaciones complicadas también.
El me salvó, estuvo siempre a mi lado aún cuando yo no lo veía (Salmo 22 lo dice).
Fui experimentando que Dios me cuidó desde “chica”, lo vi después la mayoría de las veces, ¡ah! ¡mirá! pasó tal cosa, también lo vemos a nivel comunitario muchas veces.
El me cuidó trayéndome a  Uruguay justamente, donde me iba a encontrar con Cacho y su gente, que me ayudaron a descubrir mi vocación por lo social. 
Me ayuda a descubrirlo siempre en lo pequeño, en lo cotidiano, en la realidad… las chiquilinas, que fueron las primeras que me ayudaron a aterrizar de mi primer-mundismo, realidad y hechos de la vida diaria que me fueron abriendo la cabeza.
El vivir la fe aquí, en la parroquia, en Banneux, con Cacho en las misas, con la gente toda, los vecinos más cercanos… en las celebraciones comunitarias de la IT.
Se manifestó Dios en la oración, aquel crucifijo que estaba aquí y decía: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida, forma parte de mi historia.
En el progreso de los chiquilines, adolescentes del barrio que acompañamos con el Poveda con el apoyo liceal, desde el Pirincho… los adolescentes pueden estudiar relacionarse con los de otros barrios y conseguir un trabajo digno.
Dios es grande…
Hay problemas de violencia serios, los hubo en estos 27 años, y la vida sigue, la gente que trabaja de todos los estilos (religioso o no) sigue trabajando en el barrio.
Dios es grande…
Aprendo a asumir mis sentimientos, no reprimirlos, manifestarlos y vivir con ellos.
Dios es grande…
Aprendo que la vida es mucho más importante que la perfección.
Dios es grande…
Dios es grande porque me da fuerza para hacer este nuevo cambio en mi vida.
Dios es grande porque irá siempre conmigo adonde quiera que vaya.
Dios es grande porque me acompañó en la venida y me va a acompañar en la vuelta.

1 comentario:

  1. Lourdes:
    Muy sentidas tus palabras! Te reflejan muy bien.
    Me hubiera gustado estar presente y acompañarte!
    Abrazo,
    Lucía

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