miércoles, 21 de febrero de 2018

Un día como hoy hace 30 años. Comunicado del Consejo parroquial.

Montevideo, 21 de febrero de 1988

COMUNICADO DEL CONSEJO PASTORAL DE LA PARROQUIA DE LOS SAGRADOS CORAZONES.-

El Consejo Pastoral de la comunidad cristiana de la Parroquia de los Sagrados Corazones (Las Acacias), ante los hechos de pública notoriedad del 10 del corriente, en los que se vieron involucrados nuestro párroco el Padre Pablo Bonavía y el seminarista Luis Alberto Albornoz, cree necesario dar a conocer el siguiente comunicado.

1.         Si bien los dos menores que huían luego de cometer un asalto forzaron su ingreso a la casa parroquial, una vez producido éste no ofrecieron resistencia ante el operativo policial; en particular, no efectuaron disparos ni tampoco se trabaron en lucha al ser aprehendidos por los agentes, policiales, como publicaron algunos órganos de prensa.
2.         Las fuerzas policiales comenzaron, a disparar sus armas contra la casa parroquial sin intentar previamente alguna forma de intimación pacífica; por ejemplo, utilizando un megáfono para advertir a los perseguidos que estaban rodeados e instarles a entregarse y antes de hacer uso de la fuerza.          
3.         La forma en que se abrió fuego contra la casa parroquial puso en grave riesgo la vida de todos los que estaban en su interior. En efecto, los disparos efectuados con armas de grueso calibre fueron dirigidos contra objetivos que no permitían identificar las eventuales víctimas.
4.         Cuando nuestro párroco, en medio de los disparos, intentaba advertir a la policía, con gritos y ademanes, que los perseguidos estaban dispuestos a entregarse sin ofrecer resistencia, un agente policial le apuntó y disparó desde el exterior de una ventana. La bala no alcanzó al Padre Pablo porque quedó incrustada en el marco de una puerta situada pocos centímetros delante suyo.
5.         La preocupación que sentimos ante lo sucedido no se debe exclusivamente al hecho de que haya sido agredida nuestra casa parroquial si no al peligro al que están expuestos otros lugares públicos de reunión y casas de familia. En efecto, este tipo de procedimientos policiales constituye un nuevo factor de inseguridad que se agrega a la intranquilidad generada por al aumento de robos, asaltos, copamientos, etc.
6.         Es de lamentar el tratamiento que algunos órganos de prensa han dado al hecho, suministrando datos que no se ajustan a la verdad e induciendo a una interpretación falsa de lo acontecido.

7.         Todo lo anterior no supone en modo alguno un menoscabo de la tarea de las fuerzas policiales, a las que, obviamente, corresponde el deber de proteger la vida y libertad de todos los ciudadanos, aún por medio de la fuerza, en la represión de diversas agresiones que sufre la sociedad. Sólo apunta al hecho de que el tipo de procedimiento utilizado no ha de poner en peligro innecesario la misma vida y libertad que se procura defender.

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