En esta noche, el grupo de Alcohólicos Anónimos "Primavera" que se reúne en nuestra parroquia está celebrando sus 28 años de vida.
En la reunión, cada integrante ha compartido un testimonio, de los cuales se pueden extraer varias reflexiones:
- El alcoholismo destroza la vida de las personas, porque les hace perder todo de a poco, familia, amigos, trabajo, sentido de vida. Lo que más duele es perder la familia, sentirse solo, ver que la propia madre cruza de vereda para no saludar al hijo, que una hija diga que odie al padre, etc.
- Sea por la invitación de alguien, o hasta por los propios familiares, el alcohólico llega a un grupo de AA. Lo primero que se da cuenta de que no es "un borracho odioso", sino, una persona que tiene una enfermedad, que es posible controlar, con el apoyo de los compañeros.
- Con el apoyo del grupo, luchando 24 horas a la vez, van ganando en la abstinencia, y de a poco, comienzan a recuperar mucho de lo que han perdido. Un integrante expresa que una hija llegó del exterior y se está quedando en su casa, cosa que no sería posible si él no estuviese sobrio.
- Al participar de una reunión y escuchar estos testimonios, que salen de lo profundo del corazón y con dolor, uno se puede dar cuenta de lo importante que es el grupo para estas personas.
- Una persona agradece a quienes ofrecen un local para reunirse, porque sin un lugar, las reuniones no serían posibles.
- Por lo tanto, creo que es muy bueno que la parroquia pueda ofrecer este espacio, que hace tanto bien a tantas personas. Ciertamente la Voluntad de Dios es que pongamos nuestro granito de arena para colaborar en la recuperación de estas personas.
A quienes forman parte del grupo, luchando 24 horas a la vez, nuestra felicitación; nuestro agradecimiento para quienes son servidores, o tienen cargos de responsabilidad, o han traído a alguna persona al grupo; y el deseo que el Señor los siga fortaleciendo cada día para que puedan seguir creciendo como personas.
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