miércoles, 7 de septiembre de 2016

17º encuentro de Biblia de la Comunidad de La Luz.

En la tarde de ayer, y a pesar del mal tiempo, tuvimos un nuevo encuentro de lectura orante de la Biblia de la comunidad de la capilla N. S. de La Luz.
En esta oportunidad meditamos el capítulo 15 de los Hechos, donde contemplamos el Concilio de Jerusalén,
Este texto nos ayudó a ver cómo la primera comunidad resolvía sus conflictos discerniendo juntos, orando y recurriendo a la Palabra de Dios.También descubrimos cómo se respetaban las diferencias. Desde la teología de San Pablo editamos la siguiente pregunta:

¿Salvarse o ser salvado?

Pablo comprendió bien el alcance teológico del concilio y lo desarrolló en sus cartas: si hay que hacerse primero judío para ser cristiano, es que no basta la gracia de Jesús y que el hombre tiene que hacer algo antes. La decisión del concilio nos recuerda que el cristiano no es un hombre que se salva, sino que es salvado, gratuitamente, por Jesucristo.
Es evidente que hoy no nos tientan la circuncisión ni los ritos judíos, pero la cuestión sigue en pie: para presentarnos ante Dios, ¿hemos de esperar a estar llenos de méritos, de esfuerzos, de todo lo que nosotros hacemos?; ¿o bien todo esto no es más que una consecuencia: si creemos en Cristo, esto nos lleva a un determinado tipo de vida en conformidad con nuestra fe?
No tenemos que desanimamos por nuestros fallos, por nuestras deficiencias ni por nuestros pecados: Dios nos ama antes de todo eso y podemos sacar la fuerza de cambiar de ese mismo amor. El cristiano es un ser que, haga lo que haga, no puede vivir más que en la alegría y en la acción de gracias de saberse amado y salvado gratuitamente.

Para finalizar compartimos el siguiente canto:



Para ver el material que trabajamos, haga click aquí.

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