18. Así es. Con Mons. Parteli
se ponen en marcha con gran dinamismo las orientaciones pastorales del
Concilio Vaticano II. Este Concilio significó el fin de una Iglesia replegada
sobre sí misma y en actitud defensiva frente al resto de la sociedad.
Los
cristianos se sienten llamados a comprometerse solidariamente con todos los
hombres en la transformación del mundo y a revisar ese compromiso a la luz de
la fe. La comunidad cristiana no es una isla sino un fermento. Un fermento de
renovación de los hombres y de la sociedad según el plan de Dios. Pero para
ello los cristianos debemos superar nuestra pasividad y nuestro individualismo.
En efecto: ser cristiano, dirá Mons. Parteli, es una nueva forma de con-vivir,
de com-partir, de com-prometerse, con los demás en el seguimiento de Cristo.
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