El jueves pasado celebramos el último encuentro de lectura orante de la Biblia por este año.
Meditamos el final del libro de los Hechos.
El libro "termina de una manera abrupta, lo cual sorprende a los lectores modernos. ¿Está incompleto? ¿Ha sido de alguna manera truncado en su transcripción? Nadie lo sabe.
Cuando se tienen en cuenta los aspectos simbólicos y literarios, los Hechos de los apóstoles se interpretan como una obra completa.
El final es el que Lucas planeó para su composición literaria, para su historia de cómo el testimonio apostólico de Jesucristo fue llevado «hasta el confín de la tierra».
En todo caso, puede parecer extraño que al lector no se le diga nada de la muerte de Pablo, el héroe de la segunda parte de los Hechos. Y no obstante, es posible que el final, tal como está, no sea tan desconcertante como uno piensa, pues informa que Pablo continuó predicando el reino de Dios, aun en Roma, «con toda libertad y sin obstáculos» (28, 31). Esta es la nota de triunfo con la que Lucas quiso acabar su historia. El evangelio fue, pues, predicado en Roma, «el confín de la tierra» (1,8) «y sin obstáculos» (28, 31). El lector de los Hechos ya sabe que el fin personal de Pablo no está lejos".
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