Los destinatarios
A los caudillos helenistas les encantaba fundar ciudades y hacer construir monumentos con sus nombres. Es así que Casandro en 316-315 a.C., reuniendo a algunos barrios, fundó la ciudad de Tesalónica, bautizada por él con el nombre de su esposa, hermanastra de Alejandro Magno. El nombre de "Victoria sobre los Tesalios" conmemora la conquista y la pacificación de la región de Tesalia, alcanzada definitivamente en 352 a.C.
En tiempos del Nuevo Testamento Tesalónica era una ciudad comercial muy poblada, bien ubicada dentro del sistema de las rutas romanas, un puerto de mar y sobre todo capital de la provincia romana de Macedonia, sede de un procónsul. La ciudad tenía también una gran comunidad judía (cf Hech 17,1). De la historia de la ciudad y de su riqueza dan testimonio todavía hoy, además del nombre antiguo, importantes monumentos tanto del período helenista-romano como del período cristiano.
En su segundo viaje misionero Pablo llegó a Tesalónica desde Filipos, acompañado por Silas y Timoteo (Hech 16,19.40; 1 Tes 1,1; 2,2). Silas (Silvano) era un profeta de la comunidad primitiva de Jerusalén (Hech 15,32); Pablo lo eligió como su compañero para el segundo viaje (Hech 15,29s). Timoteo se convierte y entra a formar parte de la comunidad cristiana gracias a Pablo, durante el primer viaje; a partir de ese momento se convirtió en su compañero de ruta, su colaborador y amigo.
La actividad de Pablo en Tesalónica es descrita en Hech 17,1-10. Pablo al principio predicó los sábados en la sinagoga; luego, como consecuencia de la oposición judía, en una casa privada. Gracias a su nuevo anuncio, se convirtieron algunos judíos, además de numerosos griegos "temerosos de Dios" entre los cuales se hallaban mujeres nobles. A causa de esto, los judíos se irritaron y provocaron una rebelión; por lo tanto Pablo rápidamente abandonó la ciudad junto a sus compañeros y se dirigió a Atenas.
Algunas frases de Pablo en la carta hacen referencia a estos hechos. Habiendo permanecido probablemente algunos meses, Pablo logró fundar una comunidad estable (1 Tes 1,2-9; 2,13), la cual al poco tiempo desarrolló una fuerza misionera propia (1 Tes 1,7). Esta estaba compuesta en su mayo ría por cristianos de origen pagano (1 Tes 1,9; 2,14). El esfuerzo misionero de Pablo fue muy grande. Él quiso ganarse el pan con el trabajo de sus propias manos, para no ser de peso para nadie (1 Tes 2,9). Sin embargo, sufría por contar con muy pocos medios; por eso fue muy agradecido ante la ayuda que le enviaron los cristianos de Filipos (Flp 4,16).
Lugar y fecha de redacción
Como Pablo, después de haber dejado Tesalónica, no pudo visitar personalmente la comunidad como hubiera querido, desde Atenas envió a Timoteo, y después de su regreso escribió la Carta a los Tesalonicenses (1 Tes 3,16). Al escribir la carta, Pablo puede mencionar los éxitos misioneros en Acaya (1 Tes 1,7).
De aquí se deduce que la carta fue redactada en Corinto, la capital de la Acaia, adonde Pablo había llegado desde Atenas prosiguiendo con su viaje y adonde trabajó durante un año y medio (Hech 19,11). Silas y Timoteo, junto con Pablo (1 Tes 1,1), según Hech 18,5, se quedaron en Corinto con el apóstol. De aquí se desprende que la primera carta a los Tesalonicenses fue escrita alrededor del año 50 d.C.; por lo tanto, no sólo es la más antigua de todas las cartas paulinas conservada, sino también el primer escrito neotestamentario.
La estructura típica de cada carta de Pablo es la siguiente:
- Dirección y agradecimiento, remitente.
- Destinatarios.
- Saludo cristiano: "la gracia y la paz", la benevolencia de Dios, cuando es recibida, se convierte en paz; esta es una frase que Pablo toma del judaísmo y la hace propia.
En todas las cartas, al dirigir su mensaje a la comunidad, siempre siente la necesidad de pensar en los elementos positivos que encontró entre ellos y por esto los ofrece inmediatamente a Dios. Estos elementos lo animan y le permiten entrar enseguida en sintonía con la comunidad. Para comprender a la comunidad, Pablo no piensa primero en el mal que a veces él estigmatiza y condena sino en el bien que existe en ella.
Tenemos dos partes:
- La primera es autobiográfica.
- La segunda parte es exhortativo-explicativa.
Hay dos problemas teológicos que inquietan a la comunidad de Tesalónica: la resurrección y la segunda venida de Cristo.
¿Y a nosotros? ¿Qué nos dirá?