En la mañana de hoy, junto a Angélica Ferreira, realizamos nuestra cuarta etapa de la Obra Misericordia, que consistió en entregar la poesía de Navidad del P. Cacho junto a un budín y un turrón en la zona del Barrio Plácido Ellauri.
Angélica quiso tener presente primero a las personas que trabajaron directamente con Cacho, por eso, hoy nos encontramos con personas que no estuvieron tan cerca de él, pero varios encuentros nos sorprendieron.
Luego de la presentación de quiénes éramos, Angélica explicaba a qué veníamos, y si sabían del P. Cacho. En todos los casos la respuesta fue afirmativa, sea de manera directa, o por cuentos de padres y abuelos. En uno de los casos, la persona exclamó: ¿cómo no me voy a acordar?, si gracias a él tengo este techo. Otros sin hacerles la pregunta nos contaban lo mismo, gracias a él tengo mi casita. Pero en los otros encuentros, no fue la casa lo más importante, sino su persona y testimonio.
Queda una última etapa que realizará Angélica con los más necesitados.
Al cerrar esta misión, nos admira palpar de primera mano lo que sabíamos por el libro de Mercedes Clara, de que 25 años después Cacho sigue vivo y presente en el barrio.
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