Presentación:
Nombre: José
Apellido: Bernabé
Lugar de nacimiento: Chipre
Profesión: Levita (ministro del culto)
Señas personales: buena presencia y barba impresionante (que en Antioquía le valdrá ser tomado por Zeus, rey de los dioses en la mitología griega).
Situación social: posee tierras en Jerusalén.
Es un buen teólogo, sin más. No tenemos de él ninguna carta ni discurso. Vive según sus convicciones.
Jesús ha dicho: "Vendan lo que tengan y denle el dinero a los pobres". Bernabé vende sus tierras, trae el dinero a los apóstoles y luego, libre, se pone al servicio de los demás. Se convierte en "apóstol", esto es, el enviado para el servicio del evangelio.
Es un jefe abierto al espíritu y disponible.
Cuando Pablo, el antiguo perseguidor, llega a Jerusalén, todos tienen miedo de él. Bernabé lo acoge, lo presenta a los apóstoles y le busca un lugar. ¿Hay que ir a Antioquia a ver qué pasa? Enviemos a Bernabé.
Pero Bernabé se siente un poco desfasado. Y entonces tiene el acierto de ir a buscar en Tarso al único capaz de animar a aquella joven comunidad en ebullición, Pablo, y durante dos años los dos forman un equipo en Antioquía.
Allí es donde un día el espíritu les designa para lanzar el evangelio a la conquista del mundo. Muy finamente Lucas habla al comienzo del viaje de "Bernabé y Pablo", y al regreso del mismo de “Pablo y Bernabé”. Porque Bernabé es un verdadero maestro, no de los que mandan, sino de los que saben formar hombres y se alegran de pasar a un segundo plano cuando están superados.
Pero es un hombre de genio. Con Pablo se enfrentará a los oponentes y obtendrá en el concilio de Jerusalén que la Iglesia se abra definitivamente al mundo pagano. No siempre son fáciles las cosas con Pablo, durante el segundo viaje, tienen que marchar juntos. "Me llevo a mi primo Juan Marcos", dice Bernabé. "Ni hablar, dice Pablo, nos dejó durante el viaje anterior". "Si, replica Bernabé, si él no viene yo tampoco voy". "Se produjo entonces una tirantez, cuenta Lucas, y acabaron por separarse el uno del otro". Pablo se va con Silas y Bernabé con Marcos y desaparece de la historia.
San Juan Crisóstomo, que quizá conoció fuentes autorizadas, dijo de Bernabé: "En todo era excelente: bella disposición, genio apacible, generoso, recto, sincero, lleno de bondad; de educación esmerada, de modales atentos y finos, de tanta modestia y compostura, que se atraía la simpatía de cuantos le trataban, y arrastraba y cautivaba los corazones".
Para meditar:
¿Qué me enseña el testimonio de Bernabé?
A Bernabé lo movía solo el querer cumplir la Voluntad de Dios que le revelaba el Espíritu Santo. ¿Por qué formó parte de la comunidad? Porque estoy respondiendo a la llamada del Señor, o porque estoy buscando otros intereses?
Bernabé nunca buscó protagonismo ni reconocimientos.
¿Cuál es mi actitud en la comunidad? ¿Espero que los demás me reconozcan cada cosa que hago? ¿Busco un protagonismo desmedido? ¿Quiero ser más importante que los demás?
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