Las Acacias, Montevideo, Uruguay.
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domingo, 31 de julio de 2016
jueves, 28 de julio de 2016
18º encuentro de BIblia de la comunidad de la sede.
En la tarde de hoy tuvimos un nuevo encuentro de lectura orante de la Biblia con la comunidad de la sede parroquial.
Primero trabajamos en base a la regla del discernimiento de los espíritus de San Ignacio de Loyola, a raíz de la inquietud de una de las integrantes de la comunidad (y que publicamos en nota aparte).
Luego retomamos la lectura del Libro de los Hechos 13,13-52.
Hoy comenzamos el viaje junto a Pablo y Bernabé, que nos llevará a la transmisión del Evangelio por toda Asia Menor.
Una vez terminada la evangelización de la isla de Chipre, Bernabé y Pablo penetran en el interior de Asia Menor. Viajan de Pafos a Perge en Panfilia y gradualmente se abren paso hasta Antioquía de Pisidia, donde entran en la sinagoga de los judíos. Ahora Lucas deja constancia del primer discurso importante de Pablo en los Hechos, pronunciado en Antioquía de Pisidia (13, 16b-41).
Para ver el material que trabajamos haga click aquí.
Reglas para discernir los espíritus, de San Ignacio de Loyola.
Reglas
para de alguna manera sentir y reconocer las distintas inspiraciones que
aparecen en el alma
De San Ignacio
de Loyola.
Ignacio de
Loyola (Azpeitia, c. 23 de octubre de 1491-Roma, 31 de julio de 1556) fue un
militar y luego religioso español, surgido como un líder religioso durante la
Contrarreforma. Su devoción a la Iglesia católica se caracterizó por la
obediencia absoluta al papa. Fundador de la Compañía de Jesús de la que fue el
primer general, la misma prosperó al punto que contaba con alrededor de mil
miembros en más de cien casas —en su mayoría colegios y casas de formación—
repartidas en doce provincias al momento de su muerte. Sus Ejercicios
espirituales, publicados en 1548, ejercieron una influencia proverbial en la
espiritualidad posterior como herramienta de discernimiento. La Iglesia católica
lo canonizó en 1622, y Pío XI lo declaró patrono de los ejercicios espirituales
en 1922.
Para San
Ignacio, el discernimiento de espíritus es un proceso cuyo fin es elegir, en
oración, entre caminos buenos, solamente lo que más conduce al servicio y alabanza
de nuestro Señor, y a nuestra salvación.
Reglas:
1 A las
personas que van de pecado mortal en pecado mortal, el enemigo comúnmente
acostumbra proponerles placeres aparentes, haciéndoles imaginar deleites y
placeres sensuales para conservarlas y aumentar sus vicios y pecados. En ellas,
el buen espíritu obra de modo
contrario, cuestionándolas y
remordiéndoles la conciencia a través de la razón.
(El mal espíritu nos empuja “barranca abajo, de
pecado a pecado mayor).
2 En las
personas que van purificándose intensamente de sus pecados y creciendo en el servicio
a Dios, es al contrario que en la primera regla: es propio del mal espíritu morder, entristecer y poner
impedimentos, inquietándolas con falsas razones para que no sigan adelante. Es propio del bueno dar ánimo y fuerzas,
consolaciones, lágrimas, inspiraciones y paz, facilitando y quitando toda traba
para que progresen obrando el bien.
3 Llamo consolación cuando en el alma aparece
algún movimiento interior que la inflama de amor a su Creador y Señor; ya no puede amar a ninguna cosa creada
sino al Creador de todas ellas. También cuando derrama lágrimas de amor a su
Señor, ya sea por el dolor de sus pecados, o de la Pasión de nuestro Señor
Jesucristo, o de otras cosas directamente ordenadas a su servicio y alabanza.
Finalmente, llamo consolación a todo
aumento de la fe, esperanza y caridad, y a toda alegría interior que llama
y atrae a las cosas celestiales y a la propia salud del alma, aquietándola y
pacificándola en su Creador y Señor.
4 Llamo desolación a todo lo contrario de la
consolación, así como oscuridad del
alma, turbación, inclinación a cosas bajas o terrenas, inquietud debida a
diversas agitaciones y tentaciones, tendencia a la infidelidad, sin esperanza
ni amor, hallándose el alma toda
perezosa, tibia, triste y como separada de su Creador y Señor. Porque así
como la consolación es contraria a la desolación, los pensamientos que tenemos
en la consolación son contrarios a los que tenemos en la desolación.
Consolación
|
Desolación
|
Amor
a Dios o a los hermanos
|
Desconfianza
|
Aumento
de fe
|
Falta
de amor
|
Alegría
interior
|
Predilección
por cosas “secretas”
|
Tranquilidad
y paz
|
Tristeza.
Tibieza en mí, no jugármelas por entero.
|
5 En tiempo de desolación nunca hacer cambios,
sino permanecer firme y constante en los propósitos y determinación en que
estaba antes de la desolación, o en la consolación anterior. Porque así como en la consolación nos guía y aconseja más
el buen Espíritu, así en la
desolación el malo, con cuyos consejos no podemos tomar un camino acertado.
6 Dado que en
la desolación no debemos cambiar los primeros propósitos, ayuda mucho trabajar intensamente contra la misma
desolación, insistiendo más en la oración y la meditación, discerniendo con
cuidado, y extendiéndonos convenientemente en hacer penitencia.
7 El que está
en desolación considere cómo el Señor le ha dejado en prueba con sus
capacidades naturales, para que resista a las diversas agitaciones y
tentaciones del enemigo con el Auxilio divino, que siempre le queda aunque no
lo sienta claramente…
8 El que está en desolación trabaje por
crecer en paciencia, que es contraria a las tribulaciones que le vienen, y
piense que pronto será consolado, poniendo los medios contra la desolación como
está dicho en la sexta regla.
9 Hay tres causas principales de desolación:
- por ser tibios, perezosos o negligentes
en nuestro crecimiento espiritual, y así por nuestras faltas la consolación se
aleja de nosotros;
- para probarnos, para ver cuánto valemos
y cuánto nos esforzamos en el servicio y la alabanza, sin tantas consolaciones
y crecidas gracias;
- para que interiormente sintamos que no es de nosotros tener gran
devoción, amor intenso, lágrimas ni alguna otra consolación, sino todo es don y gracia de Dios nuestro
Señor; y para que no nos instalemos en esas cosas alzando nuestro entendimiento
en alguna soberbia o vanagloria, atribuyéndonos tal consolación.
10 El que está en consolación piense cómo
estará en la próxima desolación, y fortalézcase para entonces.
11 El que está en consolación trate de
humillarse y bajarse cuanto pueda, pensando qué poca cosa es en tiempo de
desolación, sin esta gracia de consolación. Por el contrario, el que está en desolación, piense que puede
mucho con la gracia de Dios, la cual es suficiente para resistir a todos
sus enemigos, y así fortalézcase en su Señor.
12 … Es propio del enemigo debilitarse,
desanimarse y retirar sus tentaciones cuando se resisten y enfrentan sus
ataques. Si uno comienza a temer y a
desanimarse en la lucha contra las tentaciones, no hay animal en la Tierra tan fiero como el enemigo de la
humana naturaleza, que busque hacer daño con tanta mala fe.
13 Asimismo, el enemigo se parece a un vano
enamorado en querer ser secreto y no
descubierto. El hombre vano que intenta seducir a una hija o mujer casada quiere que sus palabras y sugerencias sean
secretas, y le molesta mucho cuando la hija al padre o la mujer al marido
descubren sus palabras engañosas y su intención depravada, porque deduce fácilmente
que no podrá salirse con la suya. De igual manera, cuando el enemigo de la humana naturaleza trae astucias y sugerencias
al alma justa, quiere y desea que sean recibidas y tenidas en secreto. Si
se descubren al buen confesor o a otra persona espiritual que conozca sus
engaños y malicias, le molesta mucho,
porque sabe que al haber sido descubierto ya no podrá lograr su objetivo.
14 Asimismo, el enemigo actúa como un asaltante para
vencer y robar lo que desea. Así como un capitán, estudiando las fuerzas o
disposición del adversario, le combate
por la parte más débil, de la misma manera el enemigo de la humana
naturaleza, rondando, examina todas nuestras virtudes —teologales, cardinales y
morales—, y por donde nos halla más
débiles y necesitados nos ataca y trata de tomarnos.
Otras reglas importantes:
15 Es propio de Dios y de sus ángeles, en
sus mociones, dar verdadera alegría y
gozo espiritual, quitando toda tristeza y turbación que el enemigo induce;
del cual es propio militar contra la tal alegría y consolación espiritual, trayendo
razones aparentes, sutilezas y asiduas falacias.
16 Propio es del ángel malo, que toma la
apariencia de ángel de luz, entrar con la ánima devota, y salir consigo; es
a saber, traer pensamientos buenos y santos conforme a la tal ánima justa, y
después, poco a poco, procura de salirse, trayendo a la ánima a sus engaños
cubiertos y perversas intenciones. (El
mal espíritu se “disfraza de bueno”).
martes, 26 de julio de 2016
13º encuentro de Biblia de la comunidad de La Luz.
A pesar del fuerte temporal, como nos reunimos en la casa de una de las integrantes de la comunidad de la Capilla N. S. de La Luz, fue posible tener un nuevo encuentro de lectura orante de la Biblia.
En esta ocasión meditamos sobre el martirio del Apóstol Santiago, cuya fecha celebramos ayer, y la liberación milagrosa del Apóstol Pedro.
Este texto nos llevó a reflexionar sobre el poder de la fe y oración en comunidad. Además, el autor del libro de los Hechos, San Lucas, nos está mostrando cómo la Palabra de Dios avanza victoriosa sin que nada la pueda frenar.
Para finalizar compartimos la siguiente canción que pensamos que refleja muy bien la vivencia de Pedro y la primera comunidad.
domingo, 24 de julio de 2016
Domingo XVII del tiempo ordinario, ciclo C.
1ª lectura: Génesis 18,20-32; Salmo 138(137),1.2a.2b.2c.2d.2e-3.7c.8; Colosenses 2,12-14; Evangelio según San Lucas 11,1-13.
Queridos/as hermanos/as:
¡Qué bueno es Dios!, que nos escucha siempre cuando lo invocamos. Ésto es lo que nos invitaba a decir la antífona del salmo de hoy, y una de las enseñanzas que, acerca de la oración, nos trasmite la Palabra de Dios.
Muchas personas se quejan de que Dios no los escucha. Esto no es cierto. Como dice el salmo, Él nos escucha siempre cuando lo invocamos, lo que pasa es que nos responde muchas veces de manera distinta a lo que esperamos. Pero siempre lo que nos dé será para nuestro bien; ésta es otra de las enseñanzas que nos trasmite Jesús en el fragmento que meditamos hoy.
En el Evangelio vemos a Jesús rezando. Su manera de rezar es distinta a las de las autoridades religiosas de su época. Su oración es un diálogo de amor con su Padre. Es ésto lo que despierta en los discípulos el deseo de aprender a orar como Jesús lo hace. Jesús, como buen Maestro, les enseña el "Padre Nuestro", una oración de fácil memorización, pero de una profundidad inigualable. Primero nos ayuda a llamar a Dios "Padre". El recitarlo todos los días nos ayuda a recorrer el largo camino que va desde nuestra mente a nuestro corazón, de saber intelectualmente que Dios es nuestro Padre, a vivirlo afectivamente. Segundo, enseña a pedir lo fundamental. Nos enseña a pedir que se cumpla la Voluntad de Dios, es decir, el proyecto de Dios para nuestra vida, y éste es que seamos plenamente felices en comunión con Dios y nuestros hermanos. Luego nos enseña a preocuparnos sólo por lo necesario para el día, "porque el mañana traerá sus propios problemas". A continuación les trasmite la necesidad de perdonar a los hermanos para ser perdonados.
Luego, a partir de ejemplos nos enseña la necesidad de ser insistentes en la oración, de confiar en que Dios nos dará siempre cosas buenas.
En definitiva: las lecturas de hoy nos llevan a revisar nuestra vida de oración. ¿Nos dirigimos a Dios con la confianza con la que un hijo se dirige a su Padre? ¿Soy consciente que Él siempre me escucha y responde?, ¿o pienso que no me escucha porque no sucede lo que deseo? ¿Qué le pido a Dios? ¿Es lo que más necesito? Cuando oro, ¿pienso en mis hermanos?
A este Dios que es tan bueno le vamos a pedir que nos ayude a crecer en nuestra vida de oración, para que no sea un mero recitar palabras, sino una verdadera relación amorosa con Dios; y a María, Madre de Misericordia, le pedimos que nos regale purificar nuestra mirada para descubrir la presencia amorosa de Dios en nuestra vida.
viernes, 22 de julio de 2016
22 de julio: Santa María Magdalena.
Cantar de los Cantares 3,1-4a; Salmo 63(62),2.3-4.5-6.8-9; Evangelio según San Juan 20,1-2.11-18.
Queridos/as hermanos/as:
¡Qué bueno es Dios! que nos ama y acepta tal como somos, con nuestros defectos y virtudes. Santa María Magdalena es un ejemplo más de esta realidad.
Celebrar la memoria de María Magdalena es celebrar la maravilla del amor de Dios que transforma nuestra vida.
La tradición ha asociado a esta mujer a la prostitución, pero en ninguna parte del evangelio se nos dice tal cosa, sino que el Señor de ella "expulsó siete demonios". Sabemos que el número siete en la Biblia es sinónimo de algo que está completo, acabado; decir que alguien tiene siete demonios es decir que está completamente perdido. María Magdalena era un "caso perdido" para la sociedad de la época de Jesús; pero no así para Dios, que veía en ella a una hija amada, con mucha riqueza para salvar. Con esta mirada Jesús la incluye entre sus discípulas, y sólo esto ya es sanador para ella. Jesús le devuelve su dignidad de persona y de hija de Dios; le ayuda a rescatar de su interior la riqueza que Dios le había regalado y que ella desconocía. Ella es como la mujer del Cantar de los Cantares, que busca al amor de su vida, como dice el salmo, como tierra sedienta, reseca, agostada, sin agua. Pero ha errado en la búsqueda, buscando el amor y la vida fuera de Dios. Esa búsqueda en lugares equivocados la terminó convirtiendo en un "caso perdido". Pero Jesús, el Buen Pastor, la encontró, y la cargó sobre sus hombros. Desde entonces, María Magdalena se convierte en una de las discípulas más cercanas.
El episodio del evangelio nos muestra a María Magdalena en una nueva búsqueda, esta vez, acertada, del amor de su vida. Lo busca de noche, en la noche que le provoca la muerte de su Maestro y Amigo, en la oscuridad de sentido que le provoca este acontecimiento. Un llamado común, "mujer", no la hace reaccionar, pero el ser llamada por su nombre hace que identifique a Jesús, de inmediato. El Evangelio no nos dice qué hizo María al reconocerlo, pero sabemos que se aferró a Él, en una actitud perfectamente normal que provoca el reencuentro con el ser que quiero tanto: como que con su actitud dice "te perdí una vez, ahora nadie me va a alejar de Ti". Sin embargo, Jesús le pide que lo suelte. No es una actitud negativa de Jesús, sino que, como Buen Maestro, sigue enseñando, y ahora le enseña a la discípula que no puede apropiarse de Dios, lo puede amar pero no intentar retenerlo para sí. Este Amor pide comunicarse, y por eso, Jesús la envía a misionar: Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes'. La que era un caso perdido, por el Amor de Dios, es transformada en la primera misionera de la Resurrección.
A este Dios tan bueno, le vamos a pedir que nos ayude a tomar conciencia de que Él nos ama y acepta tal como somos, a aceptar a los demás con sus defectos y virtudes; y a María Virgen, Madre de Misericordia, que nos ayude a hacer como María Magdalena, escuchar la Palabra de Jesús, y ponerla en práctica.
jueves, 21 de julio de 2016
San Bernabé: una persona notable.
Presentación:
Nombre: José
Apellido: Bernabé
Lugar de nacimiento: Chipre
Profesión: Levita (ministro del culto)
Señas personales: buena presencia y barba impresionante (que en Antioquía le valdrá ser tomado por Zeus, rey de los dioses en la mitología griega).
Situación social: posee tierras en Jerusalén.
Es un buen teólogo, sin más. No tenemos de él ninguna carta ni discurso. Vive según sus convicciones.
Jesús ha dicho: "Vendan lo que tengan y denle el dinero a los pobres". Bernabé vende sus tierras, trae el dinero a los apóstoles y luego, libre, se pone al servicio de los demás. Se convierte en "apóstol", esto es, el enviado para el servicio del evangelio.
Es un jefe abierto al espíritu y disponible.
Cuando Pablo, el antiguo perseguidor, llega a Jerusalén, todos tienen miedo de él. Bernabé lo acoge, lo presenta a los apóstoles y le busca un lugar. ¿Hay que ir a Antioquia a ver qué pasa? Enviemos a Bernabé.
Pero Bernabé se siente un poco desfasado. Y entonces tiene el acierto de ir a buscar en Tarso al único capaz de animar a aquella joven comunidad en ebullición, Pablo, y durante dos años los dos forman un equipo en Antioquía.
Allí es donde un día el espíritu les designa para lanzar el evangelio a la conquista del mundo. Muy finamente Lucas habla al comienzo del viaje de "Bernabé y Pablo", y al regreso del mismo de “Pablo y Bernabé”. Porque Bernabé es un verdadero maestro, no de los que mandan, sino de los que saben formar hombres y se alegran de pasar a un segundo plano cuando están superados.
Pero es un hombre de genio. Con Pablo se enfrentará a los oponentes y obtendrá en el concilio de Jerusalén que la Iglesia se abra definitivamente al mundo pagano. No siempre son fáciles las cosas con Pablo, durante el segundo viaje, tienen que marchar juntos. "Me llevo a mi primo Juan Marcos", dice Bernabé. "Ni hablar, dice Pablo, nos dejó durante el viaje anterior". "Si, replica Bernabé, si él no viene yo tampoco voy". "Se produjo entonces una tirantez, cuenta Lucas, y acabaron por separarse el uno del otro". Pablo se va con Silas y Bernabé con Marcos y desaparece de la historia.
San Juan Crisóstomo, que quizá conoció fuentes autorizadas, dijo de Bernabé: "En todo era excelente: bella disposición, genio apacible, generoso, recto, sincero, lleno de bondad; de educación esmerada, de modales atentos y finos, de tanta modestia y compostura, que se atraía la simpatía de cuantos le trataban, y arrastraba y cautivaba los corazones".
Para meditar:
¿Qué me enseña el testimonio de Bernabé?
A Bernabé lo movía solo el querer cumplir la Voluntad de Dios que le revelaba el Espíritu Santo. ¿Por qué formó parte de la comunidad? Porque estoy respondiendo a la llamada del Señor, o porque estoy buscando otros intereses?
Bernabé nunca buscó protagonismo ni reconocimientos.
¿Cuál es mi actitud en la comunidad? ¿Espero que los demás me reconozcan cada cosa que hago? ¿Busco un protagonismo desmedido? ¿Quiero ser más importante que los demás?
17º encuentro de Biblia de la comunidad de la sede parroquial.
En la tarde de hoy tuvimos un nuevo encuentro de lectura orante de la Biblia con la comunidad de la sede parroquial.
En esta ocasión meditamos la primera misión de San Pablo y Bernabé, que encontramos en el capítulo 13 de los Hechos. En el texto de hoy pudimos contemplar cómo es el Espíritu Santo el que envía a la misión, y se hace presente en una comunidad que reza unida. Los Apóstoles no van de misión a título personal, sino que son elegidos por el Espíritu y enviados por la comunidad. Lucas, con imágenes por momentos impactantes, nos muestra cómo la Buena Noticia del Evangelio sigue su paso victorioso, sin que nada la pueda detener.
Hoy comenzamos un largo viaje de evangelización con los grandes Apóstoles, donde veremos cómo el Evangelio se difunde, y no hay enemigo que lo pueda frenar.
Para ver el material que trabajamos haga click aquí.
Antes del texto que meditamos, reflexionamos sobre la figura de Bernabé, que compartimos en otra publicación.
martes, 19 de julio de 2016
Presentación del Programa del Primer Anuncio.
Recomendación pastoral 5.
“UN PROYECTO PARA Y CON LAS PARROQUIAS…”
Formar un equipo diocesano que apoye a las parroquias en el primer anuncio, y propicie la formación de equipos locales (parroquiales o zonales). Estos equipos procurarán generar o integrar acciones de impacto, convocar a los cristianos alejados o a los que aún no ha llegado el Evangelio, y acompañar los primeros pasos del catecumenado.
NUESTRO PUNTO DE PARTIDA
La reflexión realizada por el Consejo de Presbiterio en 2014 y 2015 sobre el impacto religioso de la Iglesia en la sociedad montevideana nos mostró cómo nuestra Iglesia, aún teniendo una diversidad de "impactos" en nuestra vida social, registra una caída importante de participación de sus fieles. Crecimos en la conciencia que, si no somos capaces de transmitir a Cristo y la alegría de seguirlo, la Iglesia termina no siendo relevante en nada. Ser fieles a lo esencial de nuestra misión es hoy el más importante desafío.
Queremos ser "Iglesia en salida". Movidos por el Espíritu, vivimos la alegría de encontrarnos con Jesús, lo servimos en el prójimo y en la sociedad, lo anunciamos a todos y así, siendo transparencia de su presencia, convocamos a ser comunidad que vive y celebra el amor del Padre.
Nos motiva sabernos enviados (cf. Mc 16,15) y guiados por el Espíritu Santo al mundo (cf. Hch 1,8) para anunciar la Buena Noticia de Dios en nuestra casa, en nuestros barrios, en medio de nuestra ciudad, y de nuestro mundo.
Nos motiva haber encontrado en el Señor Jesucristo la misericordia del Padre, que cura nuestras heridas y nos devuelve a la vida (cf. Lc 15,11-32). Por su misericordia queremos vivir en la fe en el Hijo de Dios, que nos amó y se entregó por nosotros (Gal 2,20).
Queremos ser “misericordiosos como el Padre” que tanto ama al mundo que envió a su Hijo para que tenga Vida eterna (cf. Jn 3,16).
Nos motiva saber y anunciar que el ser humano ha sido creado para la comunión con Dios y que el anhelo más profundo de felicidad sólo encontrará respuesta en Él. Consciente o inconscientemente, cada hombre y cada mujer, lo está buscando y Él los invita a su compañía (cf. Jn 1,37-39).
Nos motiva saber y anunciar que no hay heridas que Él no pueda curar, vacío que no pueda llenar, distancia que no pueda reconciliar, muerte que no se pueda vencer, ser humano que no pueda disfrutar de su abrazo (cf. 1 Cor 15,55; Rm 8,31-39; Lc 15,11-32).
Queremos acoger a los que el Señor va incorporando a nuestras comunidades y juntos aprender, celebrar y orar, permanecer unidos, servir, todo con alegría y sencillez (cf. Hch 2,42-47).
Como comunidad queremos y nos urge ser agradecidos. Si estamos aquí es porque Él nos condujo con amor (cf. Ex 19,4), amor que nos ha rescatado. Hemos sido testigos de todo esto porque la Iglesia (mamá, papá, el sacerdote, la religiosa, la tía, mi vecina, la catequista, las obras de caridad cristiana, etc.) nos anunció a Cristo. La manera de ser agradecidos es permanecer en su amor y seguir siendo sus testigos (cf. Jn 4,28-29).
Queremos hacer nuestras y vivir estas palabras: “Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que hemos tocado con nuestras manos acerca de la Palabra de Vida, es lo que les anunciamos.” (cf. 1Jn 1,1-3)
“Entonces les dijo: "Vayan por todo el mundo, anuncien la
Buena Noticia a toda la creación.”
(Mc 16,15)
SITUACIÓN FUTURA PREVISTA O DESEADA
Ya que la Iglesia es por definición evangelizadora y "en salida" queremos:
Que a nivel arquidiocesano y en las parroquias haya gente capacitada para el primer anuncio y el acompañamiento inicial a un proceso de catecumenado.
Que se promuevan actividades: retiros de impacto; misiones con un plan de continuidad; formación de líderes; eventos kerygmáticos.
Que a nivel de parroquias se integren nuevos fieles cristianos y se reintegren aquellos que se han alejado, a formar parte de una iglesia viva.
El Equipo está formado por los Presbíteros Leonel Cassarino, Adrián Pérez y el P. Guillermo Striebeck ssj.
En nuestra comunidad:
Pensamos participar de este programa junto a la comunidad de la parroquia Santa Rita de Maroñas, a partir de la segunda quincena de agosto, los domingos en la tarde.
12º encuentro de Biblia de la comunidad de La Luz.
En la tardecita de hoy tuvimos un nuevo encuentro de lectura orante de la Biblia con la comunidad de la capilla N. S. de La Luz.
En esta ocasión meditamos el capítulo 10 de los Hechos, donde contemplamos el bautismo de Cornelio, el primero de los "paganos" en convertirse al cristianismo.
El texto nos ayudó a contemplar cómo Dios no hace acepción de personas, cómo estamos llamados como Pedro a compartir nuestra experiencia de fe, y de cómo es el Espíritu Santo el que dirige la Misión.
Para ver el material que trabajamos haga click aquí.
lunes, 18 de julio de 2016
domingo, 17 de julio de 2016
Domingo XVI del tiempo ordinario.
1ª lectura: Génesis 18,1-10a; Salmo 15(14),2-3.3-4.5; Colosenses 1,24-28; Evangelio según San Lucas 10,38-42.
Queridos/as hermanos/as:
¡Qué bueno es Dios!, que nos ama y acepta tal como somos, con nuestros defectos y virtudes.
Esto es lo que una vez más, Jesús nos enseña a través de este hermoso fragmento del Evangelio.
Obra del P. Ricardo Ramos |
Jesús se encuentra en la casa de sus amigos en Betania. Sólo esto da mucho para meditar: poder contemplar a Jesús con sus amigos, tres hermanos, cada uno con sus peculiaridades, pero que son amados por Jesús sin condiciones; una casa que lo recibe a menudo cuando Jesús viaja a Jerusalén, la capital del poder religioso y político de Israel. Es notable que Jesús elige pasar la noche no en Jerusalén, la casa del poder, sino en Betania, que en hebreo significa la “casa del pobre”. Está a tres kilómetros de Jerusalén, como ir de aquí a Piedras Blancas.
En esta casa se da una escena simple, pero profunda a la vez. Marta cumple con sus deberes de hospitalidad hacia el visitante; su hermana, María, está sentada a los pies de Jesús, escuchando su Palabra, como extasiada. Marta se termina enojando, porque su hermana la dejó sola para los deberes de la atención del huésped, y su amistad y confianza con Jesús le permiten hacerle un reproche: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude”. Es una reacción muy natural, que seguramente alguna vez nos pasó en nuestra casa. La respuesta de Jesús es la del Buen Maestro y Amigo que la corrige con cariño: “Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada”. Esta respuesta nos permite varias reflexiones.
Marta está tan ocupada, que está perdiendo la oportunidad de disfrutar de la presencia del Amigo. Me hace acordar a cuando uno va a un cumpleaños a saludar a una persona querida, y ésta no para un segundo en la mesa, sino que entra y sale una y otra vez trayendo comida y bebida; al final, uno termina charlando con cualquier otra persona, menos con la que quería. Marta está tan ocupada que está perdiendo la oportunidad de escuchar al Maestro. ¡Tiene a Jesús sentado en su casa! ¡Qué privilegio, que ni siquiera nos da la inteligencia para imaginárnoslo!, y ella se permite desperdiciarlo.
Pero entonces, ¿qué?, ¿Marta tiene que dejar de servir?, ¿y quién se encarga de tantas cosas tan necesarias para la vida cotidiana? El problema de Marta no es lo que hace, sino con qué corazón lo hace; su problema es que está inquieta y agitada, molesta, descentrada. Ella está concentrada en no fallar a las normas de hospitalidad, en no “quedar mal” frente a la visita, más que en la atención amorosa al Amigo que viene de visita. María sabe que con semejante Presencia en la casa, no hay nada más importante que escucharlo. La corrección de Jesús se dirige a las intenciones y el corazón de Marta; y sus palabras fueron escuchadas. En el Evangelio de San Juan, luego de la resurrección de Lázaro, se nos cuenta que los amigos de Betania le ofrecen una cena de agradecimiento, y Marta está… ¡sirviendo! Pero sin agitación ni inquietud, sino con el amor como centro. Marta es un ejemplo más de cómo Jesús nos acepta con nuestros defectos y virtudes. En el mismo Evangelio de Juan se nos muestra cómo es ella, la primera discípula en llegar a la madurez del discipulado. El evangelio nos muestra el proceso del discípulo que en el comienzo necesita ver un signo o milagro que le muestre la gloria de Dios para poder creer; antes de la resurrección de Lázaro nos muestra a Marta creyendo sin ver, y su fe permite que la gloria de Dios se manifieste en el gran signo de la resurrección de su hermano; es también la primera en declarar a Jesús como “el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo”.
Como dice un Biblista, el P. Fidel Oñoro, lo ideal para nosotros sería servir con el corazón de María, y las manos de Marta; es decir, ser activos como Marta, pero centrados en el amor que María demuestra.
A este Dios que nos ama y acepta tal como somos, le pedimos que nos regale tomar conciencia de cuánto nos ama, y que nos acepta tal como somos; y a María, Madre de Misericordia, que nos regale centrar nuestro corazón en el amor de su Hijo, “la única cosa necesaria”.
sábado, 16 de julio de 2016
Reunión de catequistas.
Debido al alerta amarillo de INUMET, decidimos suspender el encuentro de catequesis familiar, pero aprovechamos para reunirnos como equipo de catequistas y planificar el itinerario de aquí a fin de año.
Además de revisar el calendario, decidimos preparar la celebración eucarística una vez al mes, empezando por el 21 de agosto, día en que la Iglesia en Uruguay celebra el Día Nacional de la Catequesis. Además, decidimos participar como grupo en la Peregrinación Nacional a la Virgen de Los Treinta y Tres, para lo cual iremos ahorrando como manera de abaratar los costos; también nos propusimos ir pensando ideas para poder representar el pesebre viviente en Navidad.
También queremos participar como equipo del Programa para el Primer Anuncio.
Damos gracias a Dios por esta jornada de trabajo, y le pedimos que nos ayude a seguir dando testimonio de su Presencia y de su Amor.
viernes, 15 de julio de 2016
Consejo Parroquial Abierto.
En la tardecita de hoy celebramos el Consejo Parroquial Abierto, donde tratamos algunos temas de importancia para la comunidad, y recibimos la visita del P. Adrián Pérez, integrante del Equipo para el Primer Anuncio.
Este equipo responde a la quinta recomendación pastoral para nuestra Arquidiócesis, que dice: "Formar un equipo diocesano que apoye a las parroquias en el primer anuncio, y propicie la formación de equipos locales (parroquiales o zonales). Estos equipos procurarán generar o integrar acciones de impacto, convocar a los cristianos alejados o a los que aún no ha llegado el Evangelio, y acompañar los primeros pasos del catecumenado".
La propuesta es libre, para quien desee participar, pero me parece que es una oportunidad que no debemos desaprovechar, por la experiencia de encuentro como comunidad en un proyecto en común, por la oportunidad de compartirlo con otra comunidad (Santa Rita), y por la oportunidad que significa también para nuestra formación, ya que se nos hace muy difícil participar de muchos cursos que son en la noche y en el Centro; esta propuesta está pensada para adaptarse a nuestra realidad, de manera que puedan participar la mayor cantidad de personas; no por la importancia del "número", sino por no desaprovechar una oportunidad que ha sido pensada especialmente para nosotros.
Pensamos que la experiencia comenzará en la segunda quincena de agosto, pero les informaremos con tiempo de esto.
Para ver más imágenes del encuentro haga click aquí.
jueves, 14 de julio de 2016
16º encuentro de Biblia de la sede parroquial.
En la tarde de hoy tuvimos un nuevo encuentro de lectura orante de la Biblia con la comunidad de la sede parroquial.
En esta oportunidad meditamos el martirio del Apóstol Santiago, y la liberación milagrosa de Pedro, que encontramos en el capítulo 12 del libro de los Hechos.
Principalmente nos maravilló el testimonio del poder de la fe y la oración de la comunidad por el hermano que está en dificultades, y nos sentimos llamados a vivirlo en nuestra comunidad. También contemplamos el poder de la Palabra de Dios que se propaga victoriosa, a pesar de la persecución de judíos y romanos.
El cielo protege a los suyos, especialmente como respuesta a la ferviente oración de la Iglesia en favor de Pedro (12, 5).
Para Lucas el episodio es importante no sólo porque revela el poder de la fe y la oración cristiana, sino la fidelidad de Dios que nunca abandona a sus agentes elegidos.
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martes, 12 de julio de 2016
11º encuentro de Biblia de la comunidad de La Luz.
En la tardecita de hoy, y luego de una semana de "vacaciones" tuvimos un nuevo encuentro de lectura orante de la Biblia con la comunidad de la capilla N. S. de La Luz.
En esta oportunidad meditamos el episodio de la conversión de San Pablo, que encontramos en el capítulo 9 del libro de los Hechos.
Más allá de la conversión del Apóstol, nos maravillamos del poder del amor de Dios, capaz de transformar a las personas, y de la importancia de no juzgar y acompañar a los hermanos, al estilo de Bernabé.
Para finalizar cantamos una canción que sentimos que tiene mucho que ver con este episodio, y que ahora compartimos.
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domingo, 10 de julio de 2016
Domingo XV del tiempo ordinario.
1ª lectura: Deuteronomio 30,10-14; Salmo 69(68),14.17.30-31.33-34.36.37; 2ª lectura: Colosenses 1,15-20; Evangelio según San Lucas 10,25-37.
Queridos/as hermanos/as:
¡Qué bueno es Dios! que, en Jesús, es como el buen samaritano para nosotros.
Contemplamos un texto del evangelio de los más conocidos, pero que es bueno analizar en profundidad.
El texto tiene dos partes: el diálogo del maestro de la ley con Jesús, y dentro de éste, la parábola del Buen Samaritano.
Se acerca a Jesús un maestro de la ley, es decir, un referente de la religión judía, que se sabía de memoria el Antiguo Testamento y la innumerable cantidad de normas que los fariseos hicieron derivar de la ley de Moisés. Se acerca a Él no para saber qué piensa Jesús, ni para intercambiar opiniones con Él, sino que lo hace con la intención de poner una prueba a Jesús que lo deje mal parado frente a los demás, y le pregunta qué hacer para heredar la vida eterna. Jesús, de manera brillante una vez más, esquiva la trampa y le devuelve la pregunta para que el maestro conteste según la ley. El maestro le contesta lo que cada judío reza todos los días, el "Shema" (Escucha Israel), que indica el amor a Dios y al prójimo. Jesús, luego de afirmar su respuesta le dice "obra así y alcanzarás la vida". Pero el maestro de la ley no quería quedar en ridículo frente a los demás, y por eso le hace una nueva pregunta: ¿quién es mi prójimo? Jesús le contesta con la parábola del Buen Samaritano.
Jesús nos sitúa en el camino que baja de Jerusalén (a unos más de 500 metro de altura) a Jericó (a unos 240 metros bajo el nivel del mar) de unos casi 30 km. Es un camino transitado, ya que Jerusalén es la capital del gobierno, y Jericó es una ciudad fronteriza, de mucho comercio. Ya hace 2000 años Jesús nos presenta una situación de inseguridad. El camino es conocido por su peligrosidad para quien viaja solo, ya que los ladrones están al acecho. Para la gente de la época de Jesús, le fue muy fácil imaginarse la situación del hombre robado y apaleado en este camino. Lo que sigue son tres ejemplos, de dos actitudes, la indiferencia y la solidaridad. Un sacerdote judío y un levita, los más religiosos, supuestamente, del pueblo, evitan ver al hombre y siguen su camino. Quien se detiene y es solidario es un samaritano, un hombre despreciado por los judíos debido a su origen. Este samaritano hace una obra perfecta con el herido, descripta en siete acciones: "al pasar junto a él, 1) lo vio y 2) se conmovió. Entonces 3) se acercó y 4) vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después 5) lo puso sobre su propia montura, 6) lo condujo a un albergue y 7) se encargó de cuidarlo". Y fue más allá aún: "Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: 'Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver'." El hombre despreciado fue el prójimo del herido, hecho que notó el maestro de la ley. Jesús lo exhorta a obrar de la misma manera.
Pero en una segunda lectura nos podemos dar cuenta de que Jesús fue para nosotros el Buen Samaritano, ya que viendo a la humanidad herida en su relación con Dios. Porque Él se acercó, se encarnó, haciéndose uno de nosotros igual en todo, menos en el pecado; y vendó sus heridas, Jesús sanó a la humanidad herida con su amor fiel hasta la Cruz; después lo puso sobre su propia montura, Él cargó sobre sí todos nuestros pecados y nuestros aspectos más negativos; lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: 'Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver'; Él nos cuida, pagó por todas nuestras deudas, también las futuras, y fue a prepararnos un lugar en el Cielo.
"Ve, y procede tú de la misma manera". Jesús nos invita a que, después de tomar conciencia de su amor que nos sana, seamos para los demás como el Buen Samaritano, estando atentos a las necesidades de los demás y, sobre todo, conduciendo a los demás al Único capaz de sanarnos y salvarnos: Jesús.
A este Dios tan bueno le vamos a pedir que nos ayude a seguir tomando conciencia de su amor; y a María, Madre de Misericordia, que nos ayude a ser como Jesús, buenos samaritanos para los demás.
jueves, 7 de julio de 2016
15º encuentro de Biblia de la comunidad de la sede.
En la tarde de hoy, a pesar del frío, y con la ausencia del P. Leonardo quien se encuentra recuperando de una intervención odontológica, tuvimos un nuevo encuentro de la comunidad de lectura orante de la Biblia de la sede.
En esta ocasión meditamos el capítulo 11 de los hechos, donde contemplamos cómo Pedro tiene que justificarse por haber bautizado a Cornelio y su familia, y cómo crece la Iglesia en Antioquía.
Lucas narra las repercusiones de lo que Pedro ha hecho en Cesárea. La inauguración de la misión a los gentiles finalmente llega a saberse en Judea y, cuando Pedro vuelve a Jerusalén, los judeocristianos, desconcertados por su actividad, especialmente por su asociación con los no judíos, lo interrogan. En respuesta, Pedro se defiende y les hace un breve resumen de los acontecimientos narrados en el capítulo 10. La misión a los gentiles está inspirada por Dios.
Lucas continúa su relato de la propagación de la palabra de Dios desde su punto de partida en Jerusalén a otras áreas. Ahora que Pedro ha inaugurado oficialmente la misión a los gentiles, Lucas comienza con una declaración genérica sobre las consecuencias de la persecución que ha seguido a la muerte de Esteban. Una de las cosas buenas que ha resultado de dicha tribulación es la propagación del testimonio sobre Cristo resucitado a las ciudades importantes de Antioquía de Siria, de Fenicia, e incluso de lugares tan distantes como Chipre. Por primera vez los discípulos llevan la Palabra más allá de los límites de Palestina. Cuando la noticia del éxito de estos discípulos, aun entre los griegos o gentiles, llega a Jerusalén, la Iglesia decide enviar a Bernabé, prominente discípulo, que no pertenece al grupo de los doce, para que afiance y consolide a los que están trabajando en Antioquía.
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lunes, 4 de julio de 2016
Domingo XIV del tiempo ordinario.
1ª lectura: Isaías 66,10-14; Salmo 66(65),1-3.4-5.6-7.16.20; Gálatas 6,14-18; Evangelio según San Lucas 10,1-12.17-20.
Queridos/as hermanos/as:
¡Qué bueno es Dios!, que nos ama y nos acepta tal como somos, y así como somos nos envía como sus misioneros.
En el episodio del evangelio que meditamos hoy, contemplamos a Jesús enviando a sus discípulos de misión. El número 72 nos podría estar indicando, junto a los 12 Apóstoles que no están incluidos, que toda la comunidad es protagonista de esta misión. Esta delegación va "precediendo al maestro", "preparando el camino". Es una observación que nos puede llevar a la reflexión. Nosotros preparamos el camino, pero el encuentro con Jesús es un regalo de Jesús que escapa a nuestra actividad. A continuación, Jesús les dice dos frases que les muestran parte de la realidad de esta misión: es una misión vasta, y los misioneros son pocos, por lo tanto hay que pedir al Dueño de la mies a que envíe más trabajadores; y los envía como corderos en medio de lobos, es una actividad que los expondrá al conflicto, al rechazo, y hasta al martirio.
Luego les hace indicaciones aparentemente "prácticas" pero que encierran varias enseñanzas: "No lleven dinero, ni alforja, ni calzado", no lleven nada que les dé una falsa seguridad, nuestra seguridad es la compañía de Dios, ésto nos hace crecer en la confianza en la Providencia; "no se detengan a saludar a nadie por el camino", la misión es urgente, no admite demoras, como ya nos lo había mostrado en los textos que meditamos en los domingos anteriores; luego hace indicaciones sobre la llegada y permanencia en las casas, llegan dando gratuitamente la paz, deben aceptar con humildad lo que el anfitrión les dé, y mostrar con gestos concretos que "El Reino de Dios está cerca de ustedes". Si no son recibidos, sin mayor conflicto, a sacudirse el polvo de las sandalias y seguir el camino, porque Jesús no obliga a nadie a recibirlo.
Al regreso los setenta y dos están felices, por las maravillas que contemplaron, y Jesús los confirma en esa alegría, pero los ayuda a encontrar el verdadero motivo de alegría, que San Pablo nos define con esta hermosa frase de la carta a los Gálatas: "Yo sólo me gloriaré en la cruz de nuestro Señor Jesucristo". Es decir, existe la tentación de que el discípulo crea que las maravillas que realiza son obra de su poder, y así convertirse en soberbio. El discípulo es sólo un instrumento del amor de Dios; sólo el amor de Dios es el que obra tales maravillas a través de los discípulos. Por este motivo elegí esta frase como lema de mi ordenación diaconal y sacerdotal, porque existe la tentación de marearse con el reconocimiento de la gente, de que porque nos dicen "qué lindo lo que dijo", qué linda misa", qué bien me hizo hablar con usted", nos terminemos creyendo que esto se debe a nuestra genialidad personal, y no al Espíritu Santo que nos ayuda a actuar "en persona de Cristo", de olvidarnos que sólo somos su instrumento. Por eso, quiero vivir esto en mi vida: Dios me libre gloriarme de otra cosa que no sea su amor fiel hasta la Cruz, de ese amor que es el único que nos hace plenos.
A este Dios tan bueno, vamos a pedirle que nos ayude a tomar conciencia de que también a nosotros Él nos envía a la misión, para anunciar al mundo su eterno amor; y a María, Madre de Misericordia, la mujer humilde por excelencia, que nos ayude a reconocer la obra del Espíritu Santo en nosotros, para que podamos gloriarnos solo en la Cruz de Jesucristo.
viernes, 1 de julio de 2016
Viernes 15 de julio: Consejo Parroquial Abierto.
Viernes 15 de julio 18 horas.
Consejo Parroquial Abierto.
Toda la comunidad está invitada a la realización de este Consejo Parroquial, donde trataremos temas importantes para la comunidad, y recibiremos la visita del P. Adrián Pérez que nos presentará el proyecto del Equipo del Primer Anuncio, propuesta de la que participaremos en el segundo semestre, y que es uno de los cinco programas de nuestra Arquidiócesis.
¡Los esperamos!
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