sábado, 30 de abril de 2016

5º encuentro de la catequesis familiar.

En la tarde de hoy tuvimos un nuevo encuentro de la catequesis familiar.
Iniciamos con una celebración juntos, imitando a la primera comunidad de discípulos que se mantenían unidos a la espera de la llegada del Espíritu Santo en Pentecostés. Por eso, ya hace tres semanas que estamos meditando los dones que el Espíritu nos regala.
Hoy meditamos los dones de fortaleza y consejo.

Don de fortaleza: Dios no hace las cosas a medias. Él es saber y poder. Él da el querer y el obrar. El querer es parte del obrar. El don de la fortaleza nos ayuda a ser fieles y perseverantes en la fe, sin dejarnos llevar por la desgana o por el qué dirán. La fortaleza es la actitud de quien se muestra firme y constante en la obediencia a Dios. El Espíritu me hace superar las dificultades, eludir los peligros, afrontar las persecuciones. Me da la fuerza de Dios para vivir y anunciar el Evangelio sin miedos ni complejos, transformándome en testigo arriesgado y audaz. 

Don de consejo: Es el don que conduce a elegir bien entre las distintas alternativas que la vida propone. Hace que en el momento de escoger, escojamos lo que más nos conviene: Inspira lo que se debe hacer y lo que se debe hacer o decir y cómo se debe hacer o decir. Lo que se debe evitar y lo que se debe callar. Nos llena de inspiraciones. A veces por medio de la oración el don de consejo nos ilumina que es lo que Dios está esperando de nosotros. El don de consejo es un don social que nos une unos a otros en la búsqueda continuada del camino acertado que nos acerca a Dios. El don de consejo es un don vocacional: Nos ayuda a discernir nuestro camino, a no precipitarnos, a no convertir en absoluto nada de lo que es menos que Dios. 

Luego nos dividimos, los niños para contar lo que trabajaron en sus casas, los adultos para reflexionar en torno a la necesidad de vivir en comunidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario