El próximo domingo a las 10 horas, la comunidad una vez más tendrá sentimientos encontrados. Celebraremos el envío misionero de la Hermana Pamela a su nuevo destino pastoral.
El encontrar una persona que decide entregarse por completo al Señor y al servicio de los hermanos, dispuesta a ir allí donde el Señor la llame, es siempre un motivo de alegría.
Sin embargo, las despedidas siempre duelen, sobre todo cuando esa persona se integra a la comunidad como lo hizo Pamela.
Desde ya rezamos para que el Señor le regale lo que necesite para ser feliz en fidelidad a la vocación que le regaló.
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