La causa de canonización del Padre Cacho y de otros uruguayos
Fuente: icm.org.uy
Hay varias etapas en un proceso de canonización. En la primera, el Obispo local y el Postulador de la Causa piden iniciar el proceso de canonización. Se presenta a la Santa Sede un informe sobre la vida y las virtudes de la persona. La Congregación para las Causas de los Santos examina el informe y dicta el decreto”Nihil obstat”, es decir, no hay impedimento para iniciar la causa. Esta es la fase diocesana del proceso.
Una vez que se tiene el “Nihil obstat”, el Obispo diocesano, en este caso el Cardenal Daniel Sturla dicta el Decreto de Introducción de la Causa del ahora Siervo de Dios, el Padre Ruben Isidro Alonso. Tanto en el caso del Siervo de Dios como en el de Venerable, el culto es privado.
Venerable
Con el título de Venerable se reconoce que un fallecido vivió y practicó las virtudes cristianas en grado heroico, estas son las cuatro virtudes cardinales (justicia, templanza, fortaleza y prudencia) y las tres teologales (caridad, fe y esperanza). Este es el caso de Mons. Jacinto Vera. Esto ya es parte de la fase romana del proceso.
Beato
Para la beatificación de una persona cristiana, además de las virtudes heroicas, se requiere un milagro obtenido a través de la intercesión del siervo de Dios verificado después de su muerte. El milagro no es requerido si la persona ha sido reconocida como mártir, como en el caso de las hermanas Dolores y Consuelo. Los beatos son venerados de forma pública en la Iglesia local.
Las beatificaciones las realizaba generalmente en Papa, en la Basílica de San Pedro en el Vaticano. Pero desde octubre del año 2005, bajo el papado de Benedicto XVI, la Congregación para las Causas de los Santos dispuso para las ceremonias de beatificación la celebración en la diócesis que haya promovido la causa y, eventualmente, la realización en Roma.
Santo
Con la canonización, al beato le corresponde el título de santo. Para llegar a esto, hace falta otro milagro, ocurrido después de su beatificación. Al igual que ocurre en el proceso de beatificación, el martirio no requiere habitualmente un milagro. Esta canonización la hace el Papa en la basílica de San Pedro o en la plaza de San Pedro del Vaticano. En el caso del papa Juan Pablo II, las canonizaciones las realizaba en el país de origen del beato a canonizar durante sus viajes pontificios por el mundo. Mediante la canonización se concede el culto público en la Iglesia católica. Se le asigna un día de fiesta y se le pueden dedicar iglesias y santuarios.
Las causas uruguayas
El Padre Ruben Isidro Alonso, Padre Cacho, a varios cristianos que ya han comenzado este proceso en nuestro país. Mons. Jacinto Vera, primer obispo uruguayo, fue declarado Venerable el 6 de mayo de 2015 por el Papa Francisco. La Madre Francisca Rubatto, religiosa capuchina italiana, fundadora y superiora, fue beatificada por Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993.
Por su parte, las hermanas Dolores y Consuelo Aguiar Mella, dos hermanas laicas uruguayas asesinadas en 1936 durante la Guerra Civil Española, fueron declaradas mártires el 28 de junio de 1999 y beatificadas, por Juan Pablo II , el 11 de marzo 2001. Además, el joven laico Walter Chango fue declarado Siervo de Dios. En este caso la declaración “Nihil obstat” llegó el 3 de noviembre de 2001.