martes, 11 de julio de 2017

Cura Isidro Alonso homilía pagana, testimonio y homenaje.

Durante la cuarta charla que tuvimos sobre el Padre Cacho, a cargo de la Policlínica "Barrios Unidos", el Dr. Eduardo Aguirre compartió un testimonio muy especial, y representativo de lo que él define como las "huestes ateas de Cacho". Es que, como dice Mary Larrosa, Cacho era como un imán que atraía personas de las más variadas procedencias, y las unía a una causa común, la dignificación de las personas del barrio. Aquí les compartimos su testimonio:

"Entendieron los que me invitaron que podría decir algo del cura Isidro Alonso. Como creyeron en mí, debo de alguna manera devolver la confianza. Pero me voy a referir, más al hombre que conocí, porque de los temas celestiales no sé nada. Soy ateo y mi padre fue comunista. Si al final todavía les parece interesante mi testimonio, les cuento lo que hizo mi padre cuando asumió que se iba a morir. Para ubicarnos porque la mayoría no tiene idea de quién es este que viste y calza, les cuento que vine a trabajar al barrio cuando aún era estudiante, hace hoy más de 30 años, así que tuve la suerte de conocer personalmente al cura Cacho. Cuando llegué con otros estudiantes, hacía lo que podía, porque así enfrentamos la mayoría, el acontecer que se presenta cada día. Llegábamos desde la facultad invitados a participar por Tommasino o Esther Cidade, la veterinaria más persistente que conozco en el trabajo para el barrio.

No vine a hablarles de Dios, ese no es mi tema, ni a darle la razón a los que no creen, o a los que creen. Tengo ahora suficientes años, como para entender que es bueno para toda persona el creer en algo, desde lo más indescifrable, hasta en la buena suerte, porque eso ayuda a mantenerse. Sé qué para estar bien, hay que darle de comer al cuerpo y al alma, y que la dieta recomendada para el cuerpo, debe incluir nutrientes esenciales. Para mantener al espíritu sano, el ingrediente esencial que debe estar en la dieta de cada día es la esperanza, porque sin ella no andamos bien y todo es mucho más difícil. En su rol de suministrar esperanza, el cura Cacho fue insuperable. Sabía que uno se siente muy solo en el dolor y muchas veces está ciego por la pena, pero acompañado todo se hace más llevadero, solidarios, nos volvemos más fuertes. Cacho tenía muy claro, que en el sitio donde las necesidades son heridas abiertas que sangran, solo acompañar con su humildad ya era un aporte, pero Él hacía mucho más que eso. Articulaba con todos para que pudiéramos hacer juntos, vecinos, estudiantes, médicos, arquitectos, veterinarios, asistentes sociales, nutricionistas... no había excluidos para el Señor Isidro Alonso. Aprendí viéndolo que para mejorar y cambiar algo, se necesita mente y corazón. Cacho se lo incorporaba a todo a lo que hacía, porque para ser alguien comprometido consigo mismo y con sus semejantes, se debe estar metido en cuerpo y alma en lo que se intenta construir. Alguien absolutamente coherente, de esos seres humanos de los cuales lamentablemente hay muy pocos. ¿Y dónde mejor? para alguien que hizo voto de pobreza, que actuar en donde hace falta de todo. Eso es compromiso con la vida, ir transcurriendo como se piensa, hacer y demostrarlo con acciones.

Este es un mundo injusto, pero hay lugares donde es mucho más injusto, donde se sufre más, donde todo es difícil, donde hay más necesidades para atender. En ese lugar fue donde decidió Cacho estar, para dedicarse a los demás. Lo interesante hoy, es que desde hace ya 25 años están naciendo en el barrio gurises que no lo conocieron y crecen escuchando hablar de Él, entonces Cacho todavía está, omnipresente. Su sabiduría para articular trajo a todo el que quiso estar y además no lo dejaba solo, era un hombre con un enorme compromiso, atento a intentar solucionar todas las necesidades del barrio. Sin exigir bautismo ni confesión trabajaba con todos. Solo en una ocasión le escuche reparos y se negó a atenderlos, fue cuando querían hacer una historia del barrio con su biografía, le pregunté ¿por qué no? y me dijo:
"Desconfío de los que quieren hacer historia pero no se embarran los pies caminando por el barrio" luego de lo cual, siguió con sus tareas para los vecinos. Apoyaba todo lo que fueran mejoras en la vida de la gente del barrio.

El Señor cura Isidro Alonso fue la síntesis de todo lo que permite mantener la ilusión en lo mejor del ser humano. A pesar de robos, golpes o las desilusiones, que pudo haber padecido, nunca le escuché quejas, con Él siempre valía la pena creer en el otro, pasara lo que pasara, siempre había una nueva oportunidad. Pienso que donde hay tanto motivo de decepción, era su forma de mantener siempre viva la esperanza, y así seguir ayudando con una actitud positiva, solidario, batallando por un mundo más justo.

Como es bueno para todo ser humano tener confianza en un futuro mejor y creer que trabajando cada día va a lograrlo. Anhelo que el ejemplo de humanidad que encarnó Cacho, forje a todos, para que lo sigan. De esa manera harían mérito para llegar a ese lugar, donde perduran los héroes que se esfuerzan para mejorar la vida de los demás: la Eternidad, que es para mí, un lugar en la historia y en el corazón del pueblo, donde permanecen los imprescindibles.

Testimonio de Eduardo Aguirre un ateo que sabe que es mejor vivir con Fe." 

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