En la noche de ayer celebramos la Resurrección del Señor en la Solemne Vigilia Pascual, que fue organizada por la comunidad de lectura orante de la Biblia de la sede parroquial.
A las 19 encendimos el fuego que bendijimos, y con el que encendimos nuestro Cirio Pascual, que tiene la imagen del Cristo del Carrito y la frase de Cacho que nos acompañó durante toda la semana.
Luego del Pregón Pascual, meditamos la historia de nuestra salvación, y estallamos de alegría cuando cantamos el gloria y todo se iluminó.
Más tarde, renovamos nuestras promesas bautismales, luego de lo cual proseguimos con la liturgia eucarística. Nos hubiese gustado finalizar con un ágape comunitario, pero decidimos posponerlo para el domingo 30 de abril.
Al finalizar esta semana santa, sentimos el corazón rebosante de gratitud. El Señor nos ha colmado de bendiciones, y pudimos constatar la verdad de nuestro lema, del Padre Cacho, de que "ni el sufrimiento ni la muerte tienen la última palabra".
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